domingo, 3 de noviembre de 2013

Unión Africana: ¿suma y sigue?



Los pasados 23 y 34 de enero, tuvo lugar en Khartun (Sudán), la 6ª. Sesión Ordinaria de la Conferencia Cumbre de Jefes de Estado y de gobierno de la Unión Africana. El órgano de coordinación de la política común de los llamados Estados africanos, impulsado por el líder libio Muamar Gadaffi, en septiembre de 1999 y aprobado el 9 de julio de 2002 en Durban por sus colegas, en sustitución de la OUA (Organización de la Unidad Africana), cuya labor, tras casi 40  años de existencia (23 de mayo 1963 – 9 de julio 2002), se había dado por agotada.

El nacimiento de esta nueva Institución panafricana fue saludado, como ya es habitual en nuestro continente, con gran pompa y boato, y sin tener en cuenta las fuertes contradicciones de que venía revestida, algo de lo que hablaremos en otro momento; como si de por sí sólo, este hecho fuera a suponer un automático y mágico cambio de actitud de los dirigentes africanos, respecto a su sentido del compromiso con sus gobernados, a la democratización del continente o a la renuncia de su consabida e ineficaz retórica, caracterizada por la adopción de pomposas resoluciones y declaraciones finales que, por lo general nadie suele preocuparse de hacer efectivas tras regresar cada uno a su particular reino de taifas.

Lamentándolo mucho, debo señalar que me siento cada vez más embargado en esa sensación de reproducción de una práctica que en nada ha cambiado. Y si no, veamos algunas de las resoluciones más importantes que fueron adoptadas y aprobadas en esta sexta cumbre:

En primer lugar tenemos el nombramiento del nuevo presidente de la Unión, el actual presidente de la República del Congo Denis Sassou Ngueso
¿Si ya en el año 200, la antigua OUA había resuelto y aprobado que en adelante no se aceptaría a ningún dirigente llegado al poder por métodos violentos, cómo es posible que se nombre o se vote, da igual, a este señor, cuando es de dominio público que derrocó a su predecesor Pascal Lisouba, tras una cruenta guerra civil ( 1997 – 1999) que en su caso fue financiada con dinero de las petroleras francesas ELF-TOTAL y Aquitania, y de la que su país no se ha recuperado todavía?. ¿Qué autoridad moral puede tener sobre otros dirigentes africanos llegados democráticamente al poder, es decir, por el voto popular en procesos limpios y pacíficos?.

Espero no herir la sensibilidad de los congoleños y de quienes apoyaron el regreso al poder del Sr. Sassou Ngueso, pero tengo que decir que es una aberración equiparar su nivel de credibilidad política y moral con el de Abdulay Wade, Olesgun Obasanjo, Helen Johnson Searleaf o Thabo Mbecki, por citar a unos cuantos.

Siguiente cuestión: las decisiones y resoluciones adoptadas y aprobadas de las cuales cito las siguientes:

-       Proclamación del periodo 2006 -2015 como segundo decenio de la Educación en África. Una decisión enmarcable en el contexto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, cuyo cumplimiento ya está cuestionando la misma ONU, aunque esto no es lo más grave, como veremos más adelante.
-       Proclamación de 2007 como el Año Internacional del Fútbol africano, en homenaje a los fundadores de la CAF (Confederación Africana de Fútbol), esto es, Egipto, Etiopía, Sudáfrica y Sudán y, con motivo del cumplimiento de los primero cincuenta años de dicho organismo (1957-2007).
-       Creación de la Academia Africana de las Lenguas (ACALAN) y de 2006 como el Año Africano de las Lenguas.
-       Reconocimiento de la estrecha vinculación existente entre educación y cultura y condena de las prácticas tradicionales dañinas para la Salud, el desarrollo, los derechos humanos y la educación.
-       Elección de los nuevos miembros de la Corte Africana de los Derechos del Hombre y de los Pueblos (11. Nueve hombres y dos mujeres, por si acaso).
-       Elección de un nuevo miembro del Comité africano sobre el bienestar de la Infancia. ¡¡Bravo!!.
-       Apoyo a las gestiones para la realización del  juicio al ex presidente del Chad Hiséne Habré por crímenes contra la humanidad y por apropiación de fondos públicos, como gesto de su compromiso en la lucha contra la impunidad en el continente, pero silencio sobre Charles Taylor el sanguinario y criminal ex presidente de Liberia confortablemente refugiado en Nigeria.
-       Aprobación del Plan estratégico de la ONG Aids Watch Africa (ADA) de dirigir una campaña continental de lucha contra el VIH y el SIDA.
-       Elección de diez miembros del Consejo de Paz y Seguridad africana.
-       Apoyo a la celebración de una conferencia sobre la NAPDA, NEPAD en sus siglas inglesas, en la que serán evaluados los logros alcanzados hasta ahora, las vías y medios susceptibles de mejorar sus programas y sus operaciones, aunque queda pendiente fijar la fecha.
En resumen, estas fueron algunas de las decisiones y resoluciones más importantes que fueron adoptadas y aprobadas en esta sexta conferencia.
¿Cómo calificarlas?. Dejo la respuesta a la elección del lector, pero me gustaría subrayar tres cuestiones importantes:
  1. Para la financiación de todas estas iniciativas, los dirigentes africanos vuelven a solicitar la ayuda -¿y van?- de la comunidad internacional pero sin hacer la más mínima referencia a la repatriación de los fondos usurpados y apropiados por ellos mismos, que tanto bien y tanta falta hacen para el desarrollo de nuestro continente.
  2. Ya es un paso y un precedente importante juzgar a Hiséne Habré, pero ¿porqué sólo a él y se deja impunes a los otros?.
  3. Respecto a la NAPDA –NEPAD-, parece ser que se empieza a reconocer tímidamente que no es la panacea a la solución de los problemas de desarrollo del continente, ni la plataforma ideal para la incorporación plena de África en el comercio y la economía mundial.
  4. Pero lo que más preocupa son las alarmantes muestras de falta de liderazgo en el continente de que están haciendo gala los dirigentes africanos, situando al frente del organismo a un personaje que es más un subordinado de las petroleras francesas que un líder comprometido con su pueblo. ¿Debemos acaso interpretar este nombramiento como ratificación de la sumisión africana a sus ex metrópolis?.
Con todos estos datos, es difícil no llegar a la conclusión de que la Unión Africana, sea algo más que un cambio de fachada , puesto que, en esencia. Se siguen manteniendo las prácticas heredadas de la OUA, como es el nombramiento de los presidentes. ¿No hubiera sido mejor en esta nueva etapa, primar el nombramiento de presidentes salidos de las urnas, como forma de exteriorizar el compromiso con la democratización del continente en lugar de mantener la fórmula de las rotaciones por regiones geográficas?.
Teniendo en cuenta todo el bagaje que heredaba la Unión Africana de la OUA, era muy difícil hacerse ilusiones, pero lo que tampoco esperaba uno es que se cayera tan abierta y descaradamente en esta especie de suma y sigue que empieza a vislumbrar un nuevo fracaso del máximo órgano de expresión y coordinación de la política común africana.
Los dirigentes africanos están sembrando la semilla de una nueva frustración colectiva de sus pueblos. Y ellos tan tranquilos.

Edmundo Sepa Bonaba (Kopesese@hotmail.com)
Sociólogo
Presidente de ETANE y miembro del Foro Social Africano.  

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